Noelia Capuani
Prensa I.A.C.E.B.
Martes 12-06-2018
Barinas-Venezuela
Prensa I.A.C.E.B.
Martes 12-06-2018
Barinas-Venezuela
Junior;
hace cierto tiempo, en una entrevista que le hice a Guillermo Jiménez Leal, buscando
información para un libro que titulé: El Llano: voces y testimonios de sus
cultores, me dijo que podía darme testimonio del tema desde varios puntos de
vista. Uno, como llanero observador que dice lo que ha visto. Otro, como poeta,
que va a las formas literarias. Y otro, como investigador. Porque el llano que
él conoció de infancia fue el obispeño. Y me recomendó que tuviera mucho cuidado
con las maneras en que iba a utilizar los vocablos y conceptos, ya que la cultura
llanera, para él y muchos, en el sentido
antropológico, es aquel conjunto de modos de vida y costumbres que permaneció arraigado
en estas tierras hasta que comenzó la era del petróleo.
Y
es precisamente ese llano el que ha dado motivo a numerosas novelas, cuentos,
corríos y poemas. Pues el que estamos viviendo es otra cosa. Debido a que tiene
unos ingredientes impropios a ese mundo que existió en Barinas, vamos a decir, de una manera pura,
hasta finales de mil novecientos cuarenta.
Eso
no significa que en otras partes del llano, tanto venezolano como colombiano y
otros, no pueda existir en la actualidad, formas, rasgos, fenómenos, ligados a
esa tradición que de manera natural hayan sobrevivido en aquellas regiones
donde todavía no han sido invadidos por la mediática. Y no solamente la mediática,
sino también por esa cultura objetal,
de elementos exógenos.
A
mí me da la impresión, como lo dijo Guillermo esa vez y como seguramente tú lo
has pensado, que lo que más les interesa a las nuevas generaciones es esa
cultura llanera típica. Porque ellos para hablar del llano actual no necesitan
entrevistas con nadie, lo están viendo ahí, lo están viviendo. Necesitan más
bien informarse de cómo era esa forma que hemos mencionado y que ha llevado a
tantas interpretaciones en el campo de las artes.
No
es simple resumir en una o dos cuartillas tan enorme tarea. Pero digamos que en
la cultura llanera tradicional hay por lo menos cuatro elementos que son
fundamentales: el paisaje, la mujer, la guitarra y su caballo. Ya que esta se formó a partir de la
explotación pecuaria cuando los exploradores y los conquistadores europeos
vinieron a América y se internaron en estas tierras planas.
No
podemos olvidar que el objetivo de ellos era la riqueza material. Aparte de los
misioneros que tenían entre otras finalidades la difusión de su religión, en
este caso la católica. Los laicos, coloquémosle ese nombre a todos los
investigadores desde antes de los welsares en adelante, tenían como objeto el
descubrir metales nobles, tales como el oro y la plata, porque ese era el
interés fundamental de los monarcas de Europa, particularmente de España. Así
pues, que en 1502, cuando Colón descubre las costas de América Central y su
tripulación se amotina, negándose a seguir bajo sus órdenes, para luego marchar
en desbandada tierra adentro, comienza el oro a aparecer. Poco a poco se va
formando el mito de El Dorado. Adentrándose, llegan hasta el Perú donde
descubren uno de los yacimientos de plata más grande del mundo. Igualmente
recorren el reino de Nueva Granada, Bogotá, donde el hallazgo del precioso
mineral no se hizo esperar. Ese fue un aliciente invalorable para seguir
buscando y seguir explorando los territorios del sur. Con esa intención vienen
al llano. Pero qué pasa, en el llano no encuentran metales nobles. Aquí no
había oro, ni plata, y algunos cultivos que eran de exportación tales como el
cacao, el café, el tabaco, el añil, el algodón, no eran de tierras llanas
propiamente dichas, sino, más bien, del pie de monte andino. Así que el llano
no les interesa desde el punto de vista de los objetivos que ellos traían.
¿Cuál era el interés de los conquistadores de seguir viniendo al llano? seguramente
te preguntarás. Y yo te contestaré: la explotación pecuaria. Recordemos que alrededor
de los años de 1530 llegan los primeros lotes de ganado andaluz a América y
comienza el negocio agropecuario. Entonces, ¿qué es el llanero? El llanero
desde el punto de vista étnico es una mezcla de los exploradores, de los
naturales, los que hemos llamado tradicionalmente indios, y de los contingentes
de africanos que los conquistadores traían, sobre todo como mano de obra,
porque tenían la oposición de los sacerdotes en lo referente a la esclavitud de
nativos. De esas tres raíces étnicas, nace, se levanta, poco a poco, una nueva
raza, que es el llanero.
Desde la óptica cultural que es lo que más nos
interesa ahorita, el llanero se forma alrededor de la explotación pecuaria. Es
decir, su paisaje, su caballo, la mujer que nunca puede faltar como objeto de
culto por un lado y de inspiración por la otra, y su guitarra. Es por ello que
en la cultura llanera el arte de combinar todo ese universo es sumamente
importante. A través de investigaciones podríamos llegar a la conclusión que el
canto jugaba un rol primordial para los exploradores o conquistadores que vinieron
de España. Nosotros particularmente estamos impresos de esa cultura, porque el
romance andaluz es el corrió llanero. Y la mayoría de los aires que nos
identifican tienen que ver con esa herencia, hasta tal punto, que muchos de los
poemas, de los corríos tradicionales del llano, tienen sus homónimos en corríos
antiguos del Medioevo español.
Los
instrumentos, el arpa, la guitarra de cuatro cuerdas que era la guitarra
medieval, la maraca no tanto, quizás porque la maraca siempre ha sido parte
esencial de innumerables rituales indígenas; se nombran en muchos corríos, como
se nombra la mujer, el llano como querencia. Hay montones de ejemplos de
veneración al caballo que tienen los llaneros. Eso no les viene únicamente de
los españoles. Les viene también de los árabes. Acordémonos que para estos
últimos el caballo era prácticamente objeto de devoción. Y ese sumo respeto
hacia a ellos lo trasmitieron a los habitantes de los territorios que invadieron;
Andalucía, antes que nada, que era la zona más cercana al mediterráneo por
donde penetraron a partir del siglo VIII. Esa cultura del caballo que implica
no solamente amor, libertad, sino también destreza a la hora de montarlo, pasa a la nueva etnia del llano, y mediante la
conjugación de todos esos aspectos,
surge el nuevo oro del llano ¿Cuál es ese nuevo oro? La actividad ganadera. La
cría del ganado vacuno. Cuyos contingentes se van regando por toda esta zona donde
no existían cercas, y se fue regando y regando, de manera que se fue formando
una raza distinta llamado cimarrón. Por
eso es que la destreza en el llanero es muy importante, porque el ganado
cimarrón no es de nadie, no tiene dueño, y el que sabía bien montar, bien
enlazar, bien trabajar una res, no solamente tenía comida, sino que tenía
sustento, ya que el ganado no solamente se come sino que se vende. Así pues,
que ese nuevo oro de la América que es el ganado reúne una serie de elementos
importantes. Primero para los dueños de las fincas, de los Hatos, que era y es
la explotación. Segundo para el llanero en sí, que es el sustento, su
manutención, una forma propia de ganarse la vida. Y esa cultura material, va
formando una cultura espiritual, literaria y artística. Y dentro de lo
artístico también está el baile nuestro que tiene igualmente una raíz andaluz.
Basta con observar un baile propio de Andalucía. Lo que se ha llamado el
flamenco, con el taconeo, para asociarlo inmediatamente al baile del joropo.
Aunque el joropo también tiene su propiedad, pues ha evolucionado conforme a
leyes o a formas que son exclusivamente americanas.
Pero
como no puedo extenderme más debido a las limitaciones exigidas, y quiero que te
vayas contento y te hagas una idea, Junior, de cómo era apreciado el caballo,
te voy a dejar una vieja copla que dice así:
El
caballo y mi mujer
murieron
al mismo tiempo
a
mi mujer Dios la perdone
mi caballo es lo que siento.
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